La Cuaresma y las lecturas de hoy son una invitación a la acción. En la lectura del Éxodo tenemos un relato de la experiencia de Moisés con Dios. Es la famosa historia de la zarza ardiente. Moisés vio y quedó fascinado por una zarza que ardía pero no era consumida por el fuego. Cuando se acerca para verla mejor, oye la voz de Dios: "Aquí estoy. No te acerques. Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás es tierra santa. Yo soy el Dios de tus padres". Moisés está cautivado y emocionado. Es maravilloso experimentar el consuelo de la presencia de Dios. Es reconfortante permanecer en el calor de la presencia de Dios. Entonces Moisés se da cuenta de que Dios quiere que haga algo. No está muy contento con este giro de los acontecimientos. Intenta tomar el control. Le pregunta a Dios: "¿Cómo te llamas?". La implicación es que si llamas a alguien por su nombre tienes el control. David Steele en un recuento de este pasaje, hace que Dios responda a Moisés: "Mi nombre es SOY LO QUE SOY. Cuando te concierna, lo sabrás. Uno de nosotros es Dios y no eres tú". En otras palabras, suelta y deja a Dios. Conocemos el resto de la historia: Moisés se convierte en un gran líder y maestro para el pueblo de Dios... Como Moisés, estamos dispuestos a aceptar las ventajas pero intentamos evitar las responsabilidades. Dios le pide a Moisés que actúe ahora. Esa es la llamada constante de Dios a nosotros: actúa ahora. Esa es también la invitación de la Cuaresma. Actúa ahora. Aprovecha la estación. Aprovecha el día. Aprovecha el momento. La Cuaresma es un buen momento para preguntarnos si nos hemos "acomodado" en lo que se refiere a ser católicos, sin esforzarnos demasiado en la práctica de nuestra fe. ¿Nos hemos "católicos de sofá"?
© 2013 Eugene S. Ostrowski